Ana Maria Moreno, la primera de todas (y parte 2)

En el primer artículo dejábamos a nuestra protagonista en la temporada de ensueño en la élite del baloncesto español, vistiendo la camiseta del Hondarribia, como uno de los equipos punteros de la Liga Femenina. 

Una vez finalizada aquella temporada (2005-2006), empezaba una fructífera etapa de tres temporadas para la jugadora colomense en la Liga Femenina 2., y empezaría por un proyecto que ahora es de los más estables de la Liga Femenina, el Cadí La Seu: “Era un proyecto ambicioso con un único objetivo, volver a la LF. Un equipo formado por grandes jugadoras y de nuevo coincidiría con Juan Carlos (Diez). Todo era positivo y me motivaba muchísimo el proyecto”.

Y sí que fue un buen proyecto, porque quedarían primeras de la fase regular y tuvieron que luchar en un fase de ascenso que se jugaría en La Seu: “Qué nervios, qué emoción y qué alegría poder vivir una fase de este tipos. ¡No era nada fácil subir de categoría! Jugamos 5 partidos en 5 días. En la semifinal te jugabas el ascenso. ¡Todo el trabajo de una temporada en 40 minutos! ¡Y lo conseguimos! Fue una temporada muy exigente pero la recuerdo con muchísimo cariño”. La jugadora colomense terminaría aquella temporada con unas medias por partido de 9.4 puntos, 5.6 rebotes, 2.3 asistencias, 2.4 recuperaciones y 13 de valoración.

Pero con el ascenso a la Liga Femenina en el bolsillo, la dirección técnica del Cadí La Seu hizo una profunda remodelación de plantilla y Ana Maria tuvo que marcharse de tierras leridanas a otro proyecto ganador que no estaría muy lejos: “UniGirona apostó por mí en Liga Femenina 2. Un club que iba creciendo a pasos de gigante e hizo un proyecto ilusionante para llegar a la máxima categoría”.

Con la camiseta del UniGirona / Fotografía: Unigirona

En la primera temporada (2007-2008), escapa el ascenso a Santiago de Compostela, cayendo en las semifinales, pero la satisfacción de nuestra protagonista era enorme: “Ese grupo era muy humano y vivimos momentos muy bonitos. Tanto dentro como fuera de la pista. Aquí quiero hacer una mención especial por Geisa (Oliveira), mi compañera de piso, equipo y amiga. Desgraciadamente ya no está entre nosotros y quiero que todos sepan lo mucho que la echamos de menos y la buena persona que era. ¡Nunca te olvidaremos, Gei!”.

La siguiente temporada sí que se logró el ascenso pero la jugadora colomense vivió la peor de las caras que se puede vivir en el deporte: “Todo iba bien pero en un partido de liga en Girona, tuve una ruptura de ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Me operaron en diciembre y yo sólo tenía un objetivo, llegar a esa fase de ascenso que jugaríamos en Badajoz. Trabajé para ello pero era imposible llegar a competir transcurridos cinco meses de tan grave lesión. Fui consciente de esto e intenté ayudar al equipo en otras facetas que también son importantes en un equipo. Por último, conseguimos el soñado ascenso y como capitana, pude levantar esta copa”.

Reus Deportiu, la ultima temporada en Liga
Femenina 2 de Ana Maria Moreno /Fotografía: Reus Deportiu

La lesión y la crisis económica marcó un antes y un después en mi carrera deportiva. La recuperación del LCA a los 30 años, cuesta. Cometí un error al intentar acelerar mi recuperación y la rodilla no respondía como quería. Girona me ofreció la posibilidad de continuar en el club pero yo no estaba preparada para competir en Liga Femenina después de esa lesión. Necesitaba encontrarme de nuevo como jugadora y recibí la llamada del Badajoz de Liga Femenina 2”. 

En Badajoz (2009-2010) se iniciaba un período convulso de dos temporadas para la jugadora de Santa Coloma. En su primera parada, en Badajoz, a los 4 meses tuvo que volver a casa por impagos por parte del club a pesar de que era un buen proyecto deportivo “A priori, era un proyecto ilusionante y yo tenía ganas de sentirme de nuevo jugadora. Lamentablemente no fue así. No todo fue malo, coincidí con muy buenas personas y gran staff dirigido por Fernando Méndez. ¡Además de grandes compañeras de equipo! Mención especial para Francisco Llerena, físio del equipo. Desgraciadamente, no está entre nosotros pero no puedo olvidar cómo me ayudó a recuperar esa rodilla. ¡Gracias eternas, Paco!”.

Terminaría la temporada jugando en Copa Catalunya, en las filas del BF Sarrià con un ascenso a la Liga Femenina 2, para volver la siguiente temporada a Olesa (2010-2011), otra vez en Liga Femenina donde se repetiría lo ocurrido en Badajoz y acabaría en el Reus Deportiu en la Copa Catalunya, conseguido otro ascenso a Liga Femenina 2. En Reus, renovaría una temporada más por las tarraconenses, jugando en la segunda categoría nacional, salvando la categoría a final de temporada: “Salvamos la categoría y competimos en muchos partidos. No fue una temporada fácil en muchos aspectos pero volví a sentirme jugadora y eso es algo que siempre recordaré y agradeceré! Además de compartir bellos momentos con grandes personas”.

En la siguiente temporada (2012-2013), Mari, quiso no seguir compitiendo en categorías altas y aceptaría la oferta del BF Cornellà en Copa Catalunya: “Ya tenía una edad y compaginar el trabajo con el baloncesto a nivel nacional, ya no me compensaba. La idea de compartir equipo con Tito Sobrin, me atraía muchísimo. Era un buen equipo pero por x motivos, eso no funcionó y el entrenador y muchas jugadores decidimos dejarlo. Lamentablemente, no pude fichar por otro equipo y esa temporada se quedó en blanco”.

Mi intención era dejarlo pero me encontré bien física y mentalmente y ¡decidí seguir un año más! La última temporada costó un poco más y mi cuerpo me iba dando señales. A mitad de temporada, sabía que llegaba la retirada definitiva y así fue...” 

Y su última temporada fue jugando con la camiseta del SESE, en Copa Catalunya, curiosamente, y volviendo a los inicios, entrenada por Joan Carles Díez: “Quería retirarme jugando, disfrutando en pista y ¡estaba muy ilusionada!. La temporada fue bien, éramos poquitas jugadoras y acabó repercutiendo en la clasificación. Aun así, compitimos muy bien y ¡dimos mucha guerra!” 

Con 36 años puse punto y final a mi vida deportiva. Durante 26 años disfruté del baloncesto, fue mi vida y mi pasión. Sólo tengo palabras de agradecimiento. Me dio valores, conocí a grandes personas, compartí tantos momentos (buenos y malos) que me ayudaron a crecer personal y deportivamente.. ¡Sólo puedo decir, gracias!”

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.