Segundos de posesión. Una decisión que quién sabe dónde me hubiera llevado (Los inicios en APADA Sagrat Cor)

Artículo publicado el 27 de octubre de 2022

Sin equipo en mitad de octubre, decepcionado por cómo habían ido las cosas en el traspaso AE GramaJove – CE Beeth Fons, tomé varias decisiones. 

La primera era ver de manera positiva mi breve estancia en el club del barrio del Fondo y recordar a la gente conocida allí (los hermanos Sales, Dani Villan , etc...) que a pesar de ya los conocía anteriormente, vi lo que eran de importantes a la entidad, e individualmente me aportaron un sentimiento que después siempre iría ligado en “mi baloncesto”: la amistad mediante pelota.

La segunda de las decisiones fue frenar y sólo seguir ligado al baloncesto como jugador, junto a mis amigos, en una liga de ocio en Barcelona. Tomar esta decisión me hizo cuestionar si me equivoqué dos temporadas antes cuando decidí no aceptar una oferta del Barça. Esta historia es fácil de contar, y muy poca gente la conoce, pero ya no me importa que se haga pública, como otras que más adelante saldrán. 

Como responsable deportivo del AE GramaJove tenía que hacer todos los trámites de licencias y demás en la Federación Catalana de Baloncesto, perdiendo tardes y tardes haciendo colas (si, antes se hacía así, no sabéis la suerte que tienen los clubs actualmente para poder hacerlo online). Un día, en octubre de 1994, conocí a un colega de otro club en la cola para tramitar documentos, y hubo “feeling” en cuanto filosofía del baloncesto y después de 40 minutos de intensa charla, hicimos las tramitaciones y nos despedimos. No dejó de ser una conversación animada entre dos apasionados del baloncesto pero tres meses más tarde, en enero de 1995, esta persona logró el número de casa de mis padres (no había móvil normalizado todavía) y me citó para tomar un café en nombre del Barça. Su propuesta: ser el entrenador de uno de los infantiles del club, con 2 jugadores de fuera de Catalunya (Andalucía y País Vasco) donde debía hacer de tutor de ellos, aparte de técnico del equipo. Un proyecto bestial pero al que dije que no, y se me cerró una puerta que nunca volvería a abrirse.

Imagen de la década de los 90 de la histórica "bombonera" del Colegio Sagrat Cor / Fotografía: Archivo APADA Sagrat Cor

Dije que no porque está inmerso en un proyecto personal como era el AE GramaJove y para mí era traicionar a mis compañeros de fundación del club y traicionar mis principios, a pesar del tiempo demostró que puede que hubiera sido más práctico para mi parte haber cogido el proyecto azulgrana. Mis principios siempre han sido una prioridad, por lo bueno y por lo malo.

"No dejó de ser una conversación animada entre dos apasionados del baloncesto pero tres meses más tarde, en enero de 1995, esta persona logró el número de casa de mis padres (no había móvil normalizado todavía) y me citó para hacer un café en nombre del Barça Su propuesta: ser el entrenador de uno de los infantiles del club, con 2 jugadores de fuera de Catalunya (Andalucía y País Vasco) donde tenía que hacer de tutor de ellos, aparte de técnico de el equipo. Un proyecto bestial pero al que dije que no, y se me cerró una puerta que no se volvería a abrir nunca más"

Este recuerdo pesó mucho en coger ofertas y las pocas que tuve durante la temporada, las rechacé ya que no tenía motivación suficiente, y sólo me apetecía jugar con mis compañeros. Fueron 6 meses de denegar mentalmente nuevos proyectos pero que sí es cierto que aproveché para trabajar de formación personal yendo a ver entrenamientos de otros entrenadores, especialmente vía Horta, donde conocí a algunos entrenadores y futuras promesas en ese momento que me van abrir sus horas de entrenamiento y me “ empapar ” de diferentes tipos de baloncesto. No tenía competición pero internamente mío buscaba competividad.

Acabada la supuesta temporada de descanso, recibo la llamada de un entrenador conocido mío, que estaban buscando entrenadores por el APADA Sagrat Cor, uno de los históricos colegios de los baloncesto colomense . Esto ya me gustaba más, volver a entrenar en mi ciudad y en la temporada 1998-1999 la empecé entrenando a un preinfantil masculino.

El baloncesto del Colegio Sagrat Cor, un colegio esencialmente religioso, estaba organizado por el AMPA, por eso el nombre de APADA Sagrat Cor (Asociación de Padres y Madres de la Anunciata de las Dominicas de la Adoración, si no recuerdo mal). Estaba todo organizado por la asociación de padres, por bueno y por malo, como iremos viendo más adelante.

Aquel primer año fue divertido y difícil, porque los niños eran muy flojitos y costaba un poco entender según qué conceptos, pero venía con muchas ganas después del paro personal y además venía acompañado de dos amigos como equipo técnico, uno de ellos ellos sería en el futuro mi cuñado. No recuerdo de aquella época ningún partido ni resultado destacado porque lo importante era que aquellos niños disfrutaran del baloncesto por encima, en este caso, con más insistencia, del resultado. El equipo mejoró mucho, y especialmente los comentarios de los padres y madres que vieron la evolución de sus hijos y eso captó la atención de los responsables del AMPA que quisieron hablar conmigo a final de temporada. Paradójicamente, yo también quería hablar con ellos, ya que tenía decidido marcharse, al ver falta de seguimiento, y una organización poco estructurada donde todo el mundo podía hacer lo que quisiera, por parte de la entidad. Esto no iba con mi forma de ver el baloncesto.

Y el día de la reunión, no hablé, les dejé, por educación, hablar primero, y me ofrecieron la dirección técnica de la entidad puesto que mi forma de trabajar era el perfil que buscaban. Aquello me sorprendió mucho ya que no había recibido ni visto imputs durante la temporada de todo aquello y esto inicialmente me hizo pensármelo, pero finalmente quería aprovechar la oportunidad trabajar como yo creía en una de las entidades históricas de Santa Coloma. 

Y la temporada 1999-2000, en pleno cambio de siglo, o el fin del mundo según el efecto “2000” famoso que dirían que se produciría, la empezaría como Director Técnico del APADA Sagrat Cor, con un total de 16 equipos, entre masculinos y femeninos, de Escola de Baloncesto hasta cadete. Pero esta temporada me traería más sorpresas.

David Parra


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