Segundos de posesión. El “multiclub”, el primer efecto del aprendizaje (la primera dirección técnica en APADA y Femení Santa Coloma) -Segunda parte-

Artículo publicado el 12 de diciembre de 2022

En el anterior capítulo de estos pensamientos en voz alta sobre mi recorrido como entrenador me había centrado en el 50% de la temporada 1999-2000, donde mi primer año como máximo responsable deportivo de APADA Sagrat Cor fue el protagonista de la anterior entrega. La otra 50% fue el Femení Santa Coloma, una entidad femenina, comandada por los hermanos Tricas, Quique y Jordi, con una apuesta valiente por el baloncesto femenino como alternativa al B. Draft Gramenet, pero no, no entrené allí en ningún equipo femenino. 

Y es que la historia es bastante curiosa ya que me llamó un amigo de los buenos de los de siempre y otro entrenador retirado como yo, Sergio López. Sergio me llamó inicialmente para jugar!!!, en un equipo senior donde él jugaba y que se había añadido a la estructura del Femení Santa Coloma, ya que él entrenaba uno de los equipos del club y que venían, incluido él, en blog del B. Draft Gramenet. Con una lesión grave en el codo izquierdo yo quería jugar y eso le transmití y entonces se le abrieron los ojos porque me quería como entrenador y no sabía cómo planteármelo así que fue a lo fácil que era captarme como jugador.

Aquel proyecto era a medio plazo porque la idea era jugar a Lleure y después hacerlo en la Tercera Catalana, y para mí, aquel proyecto no me generó ninguna duda, ya que me volvía a llevar a la competición con un senior y me daría la oportunidad de cultivar una gran amistad posterior con Sergio de las que realmente son importantes. Daba igual que entrenáramos en la mini-pista descubierta del Colegio Can Zam, pasando un frío del demonio en invierno, porque los jugadores querían aprender y superar la difícil prueba de jugar en una competición sin sentido como era Lleure por un equipo que quiere ir a competir.

Era un muy buen grupo de jugadores y con especiales capacidades y que les recuerdo como ayer, y eso que han pasado casi 23 años. Por nombrar unos pocos empezaría por Sergio, un base muy hábil, hacen de Bodiroga hasta el límite de hacer sus movimientos en pista; Ñete (Antonio), un base zurdo, con una velocidad endiablada y un tiro exterior sin apenas saltar que era maravilloso (recuerdo un festival de triples en Lloreda por su parte); o Jose Antonio Morón , un cinco de los de antes, un Hakeem Olajuwon (para los fans de los 80, ahora no hay jugadores así) pero más directo y con menos fintas. Y que no se enfaden el resto de jugadores que no les nombro pero siempre estarán en ese equipo que me ayudó a entender que se puede trabajar en dos clubes, sin “intoxicaciones” siempre y cuando las categorías sean diferentes y poder dar el 100%.

Una de las formaciones del senior / Fotografía: Fuente desconocida

Aquella temporada, con las características de los jugadores que teníamos, pusimos de moda una defensa 1-3-1 que no se veía en ninguna parte y que nos daba la mitad de los partidos ya que recuperábamos bastantes balones gracias a la presión defensiva y los 2c1 en las esquinas. Creo que sólo perdimos un partido, si no recuerdo mal en el Polideportivo de Llefià, y quedamos primeros de grupo, lo que no era lo más importante sino trabajar una dinámica de equipo de cara a la siguiente temporada, y que también me convencería de la necesidad de planificar, en este caso, en un proyecto a dos temporadas, que más adelante verá que serían 3 temporadas.

"Aquel proyecto era a medio plazo porque la idea era jugar en Lleure y después hacerlo en la Tercera Catalana, y para mí, ese proyecto no me generó ninguna duda, ya que volvía a llevarme a la competición con un senior y me daría la oportunidad de cultivar una gran amistad posterior con Sergio de las que realmente son importantes.Era igual que entrenáramos en la mini-pista descubierta del Colegio Can Zam,  pasando un frío del demonio en invierno, para que los jugadores querían aprender y superar la difícil prueba de jugar en una competición sin sentido como era Lleure por un equipo que quiere ir a competir"

Aquel equipo, donde se unía esfuerzo y amistad, era muy diferente a mi primer senior, a AE GramaJove. El grupo de jugadores coincidían en ser excelentes grupos de trabajo pero de ambos guardo dos factores importantes de enseñanza personal, el primero era la importancia del grupo humano como “maquinaria” de funcionamiento fundamental de un equipo de baloncesto y el segundo, la importancia de la planificación, de no correr para llegar, de no querer saltar sin saber andar, y de la paciencia y confianza en el trabajo estructurado como objetivo final.

Como he comentado antes la temporada a nivel deportivo fue muy buena y se pusieron los cementos de la siguiente temporada, pero la temporada no acabaría como se esperaba. Me convocaron, como entrenador del equipo senior masculino, a los responsables del club, Jordi y Quique Tricas , para hablar y planificar la temporada siguiente yendo todo sobre la normalidad prevista pero una semana más tarde, se volvió a repetir la reunión, y allí me perdí. Y me perdí porque ambos hermanos nos comunicaron que Femení Santa Coloma se deshacía, que cesaba el club de sus funciones, y no supe el motivo o los motivos, ya día de hoy no los sé, y la verdad se que nunca he querido hablar con Sergio (López), en las tardes posteriores de charlas de baloncesto y otras hierbas, de este tema, porque creo el tema no iba conmigo, el entrenador del único equipo masculino de un club femenino, o puede ser sí, pero no he terminado de encontrar ninguna relación.

Saliendo de la reunión, el club se rompió. Por un lado, el senior masculino, con el proyecto de dos años desapareciendo de la nada y el junior femenino de segundo año entrenado por Sergio López, con jugadoras de bastante talento, comandadas por su hermana Susana, y por otro lado, los dos restantes equipos femeninos, un senior femenino, y otro junior femenino, más cerca filosóficamente de los responsables del club.

Un servidor, se movió rápido y contacté con Raúl Ruiz, entrenador colomense e inmejorable persona, ya que se había hecho cargo deportivamente de un proyecto ubicado en el Polideportivo de Montigalà , llamado CB Puifgred  cogiendo el nombre de uno de los barrios que forman Montigalà. Raúl, todo un referente en el baloncesto escolar colomense, nos ofreció entrar en el club, y de este modo, el masculino podría continuar con el proyecto y esta vez en Tercera Catalana, y el femenino daría el salto a Sub 20. 

Aquello fue tan rápido como la desgraciada desaparición del Femení Santa Coloma, un club que trabajó el baloncesto femenino en unas condiciones muy difíciles, pero que dio paso a una nueva etapa muy interesante que empezó muy fuerte pero que se fue desinflando, por un motivo que desvelaré en la próxima entrega. Encontrar a una persona como Raúl Ruiz, que entiende el baloncesto constructivo es el mejor espejo donde te puedes mirar dentro del baloncesto.

Ésta fue la temporada 1999-2000. El cambio de siglo me trajo amigos para siempre y una forma de ver el baloncesto diferente, desde la gran responsabilidad de dirigir deportivamente a un club a intentar hacer grande con algo pequeño, y de ambas cosas me siento muy orgulloso. 

David Parra


Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.