Segundos de posesión. Cómo una persona puede cambiarlo todo (2000-2001)

Artículo publicado el 10 de enero de 2023

La temporada 1999-2000 estuvo partida en dos partes, diferenciando mi primer año como Director Técnico y mi único año en el Femení Santa Coloma, haciéndome cargo del senior masculino, pero la temporada 2000-2001, no me trajo tantas emociones, pocas de hecho, pero realmente intensas. 

La temporada en el APADA Sagrat Cor no tuvo grandes obstáculos como la temporada anterior y se siguió con el plan de trabajo a 3 años que establecí nada más empezar a tener las responsabilidades de la dirección técnica de la entidad y que aquella segunda temporada tocaba consolidar lo ya logrado la primera temporada antes de seguir avanzando. 

El primer punto para consolidar fue el continuar con categorías de fuera de ciclo escolar, después de la negociación con la dirección del colegio y con el AMPA y donde mi garantía personal fue clave para continuar con la categoría junior representando a los colores blancos y azules de APADA Sagrat Cor. La temporada estuvo sin ningún obstáculo, por lo que al junior masculino que dio un ejemplo de compromiso con el proyecto y que aquella temporada 2000-2001 daría paso a que la sección femenina se reforzara y se pudiera mantener el bloque de equipos sin “ fugas”. 

Esta situación me trajo mucha alegría pero también incomodidad hacia el resto de clubes de Santa Coloma que a final de temporada venían cada año a “pescar” ya que la situación varió de una temporada a otra, y las relaciones entre responsables de clubes empezaron a ser uno por los tirantes pero sin excesos ya que el APADA Sagrat Cor estaba “allí” y no era un “rival” para estos clubs. Esto me empezó a aclarar la complejidad, no tan compleja al fin, de las relaciones entre clubes del baloncesto colomense y que a día de hoy se podrían seguir escribiendo líneas y líneas, pero supongo que esto forma parte de la historia habitual del deporte. 

El segundo punto para consolidar fue asegurar la “transición” de los equipos escolares en la Federación Catalana de Baloncesto, con el gran handicap de las pistas. En ese momento no teníamos pistas para poder hacer jugar a las categorías de minibaloncesto ya que la solicitud hecha por el AMPA en el Ayuntamiento no incluía estas categorías, por lo que los más pequeños se quedarían en escolar. Quien conoce la pista del APADA Sagrat, de muy pequeñas dimensiones, y donde los escalones tocaban en pista, y que además no habían vestuarios ni duchas, sabe que era incompatible con la normativa de la FCBQ, y se decidió aplazar una temporada más. 

A este segundo punto se uniría un tercer punto y que era la renovación de entrenadores de la casa, que poco a poco se iba consiguiendo y en la que personalmente buscaba un perfil de entrenador específico para la entidad, hecho que siempre he hecho servir en mis caminos como directivo y lo he aconsejado a los responsables de los clubes en los que he entrenado, sin un éxito masivo, hay que decir. Con el tiempo he entendido que los motivos por lo que no ocurría esto tenía dos vertientes, coincidentes o no, que pasaban por “no tengo tiempo (o capacidad) para buscar entrenadores de esta tipología” o “¿a que viene éste a darme consejos?”. 

El Polideportivo de Montigalà, dos temporadas en el CB Puigfred / Fotografía: La Vanguardia 

Siempre he creído que el baloncesto es para escuchar a quien tiene opinión, respetarla y decidir si tiene parte de razón o no, pero lo que es evidente, a mi juicio, es que los clubs necesitan entrenadores con la filosofía que tiene mismo club y un perfil adecuado para el equipo que va a entrenar, sino todo acaba siendo un desastre a final de temporada, y no lo digo yo, lo dice la experiencia de ver cómo se repite temporada tras temporada. 

"El segundo punto para consolidar fue asegurar la “transición” de los equipos escolares en la Federación Catalana de Baloncesto, con el gran handicap de las pistas. En ese momento no teníamos pistas para poder hacer jugar a las categorías de minibaloncesto ya que la solicitud hecha por el AMPA en el Ayuntamiento no incluía estas categorías, por lo que los más pequeños se quedarían en escolar. Quien conoce la pista del APADA Sagrat, de muy pequeñas dimensiones, y donde los escalones tocaban en pista, y que además no habían vestuarios ni duchas, sabe que era incompatible con la normativa de la FCBQ, y se decidió aplazar una temporada más

Aquella temporada no quise entrenar a ningún equipo en el APADA Sagrat Cor, para centrarme en este plan de trabajo y que me hacía ver muchos entrenamientos y muchos partidos, para ver que todo marchaba bien, y además quería centrarme, como entrenador con el senior masculino en el fantástico proyecto del CB Puigfred. 

Y el proyecto del CB Puigfred era un proyecto fantástico, de la mano de Raúl Ruiz, y con grandes personas y entrenadores como por ejemplo, Jose Antonio Rodríguez “Charky”, era un club solvente y personalmente tenía la responsabilidad de dirigir al equipo masculino referente de la entidad y Sergio (López) el equipo femenino (un sub 20), en un club donde los equipos pequeños miraban hacia arriba. A nivel deportivo, el equipo masculino cambió de caras pero fueron un equipo sólido, con demasiadas lagunas bajo mi opinión y que era consecuencia de la dificultad de un problema senior y era poder tener los máximos entrenamientos todos los jugadores. Sin embargo, como he comentado antes, fuimos sólidos pese a la irregularidad quedando a media mesa, todo un premio por un equipo que venía de jugar en Lleure. 

Mi relación con la junta directiva del club fue excelente, donde la mayoría eran muy buenas personas salvo alguna “cabeza loca” que fue decisiva en muchas de las cosas que posteriormente sucedieron. Yo pasaba la tarde en el APADA Sagrat Cor y después, por la noche, marchaba al Polideportivo de Montigalà para entrenar al senior y la verdad, no estaba al día en la dinámica ni en el día a día del club, por lo que un día me entero de que Raul Ruiz, máximo responsable deportivo, había dejado a la entidad, gracias a la presión de la “cabeza loca” de la junta directiva. 

A partir de ese momento, sin responsable deportivo, la junta me propuso la dirección técnica del CB Puigfred pero evidentemente decliné ya que ya lo era de APADA Sagrat Cor y no era posible compatibilizarlo. Posteriormente le ofrecieron a Sergio López que por trabajo tampoco podía y la “cabeza loca” volvió a insistir de manera agresiva en que dejara el APADA y tomara las riendas deportivas del club, encontrándose con un no que la siguiente temporada lo pagaría de forma importante. 

Aquella temporada acabó con los entrenadores de las categorías superiores teniendo autonomía y sobre todo mucha comunicación y que hizo que todo funcionara porque todos los entrenadores teníamos claro que debía funcionar de esta forma. Fue un claro ejemplo de entrenadores de club, lo que actualmente no se ve muy a menudo. 

A pesar de la “cabeza loca”, el proyecto senior en la Tercera Catalana había funcionado y la junta directiva me propuso “sólo” seguir como primer entrenador del senior masculino y sin pensármelo acepté. Puede que me lo hubiera pensado un poco porque la siguiente temporada sería extraña, pero el grupo de trabajo del senior era muy bueno y eso pesó más que todos los malos presentimientos que veía acercarse. 

David Parra


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