La influencia de la presión de los padres en el deportista

Artículo publicado el 25 de enero de 2024

Artículo publicado en la página web UPAD en marzo de 2019 por Ignacio Garcia Gimenez..

Éste es el artículo íntegro: 

"Corre más", "esfuérzate", "no puedes fallar esto", "pasa antes" y un sinfín de expresiones del estilo se escuchan a diario desde las gradas de los diferentes terrenos de juego donde los jóvenes deportistas practican su deporte favorito, con el único objetivo, a priori, de divertirse. Analizamos qué pueden hacer los padres en el deporte de su hijo. 

Día a día en el mundo del deporte, atribuimos a un mal rendimiento una mala preparación o un mal calentamiento, quizás un mal estado de forma o simplemente no tener las habilidades suficientes y necesarias para la correcta ejecución de una determinada tarea. Sin embargo, existen otras variables que pueden moldear e incluso afectar de forma directa en el rendimiento al igual que las mencionadas anteriormente. Variables de carácter biológico, psicológico y social, entre otros, tienen mucho que ver en el rendimiento que el deportista obtenga (bien sea de deporte base o de alto rendimiento), en la disciplina a la que pertenezca.

¿Cómo influye la presión en el rendimiento deportivo? 

En primer lugar, es importante nombrar el factor social-ambiental del deportista. Es importante (pero no necesario), que éste tenga un entorno favorable y que disponga de una buena y estrecha red de iguales para el correcto desarrollo y funcionamiento, tanto a nivel físico como psicológico, así como en su carrera deportiva. Importante pero no necesario, ya que existen numerosos ejemplos en diferentes disciplinas que, habiendo nacido en entornos realmente desfavorables, han llegado a lo más alto de su deporte, como Lionel Messi o Lebron James entre otros. Es preferible que la familia nuclear desde un primer momento muestre todo su apoyo al deportista y trate de enseñarle los valores que tanto ellos como el deporte en sí pretenden inculcar. Por lo general, en contextos más perjudicados, con niveles socioeconómicos más bajos, es más difícil que se obtenga todo el apoyo recomendable y que pueda aumentarlo – a medida que el deportista va creciendo- la presión que los padres pueden ejercer sobre el su hijo.

Fotografia: Eres mama

¿Cómo influye la presión de los padres en el deportista? 

Sin embargo, esta presión externa ejercida generalmente por los padres, no sólo se da en contextos socioeconómicos pobres sino también en clases medias y altas. La presión que se ejerce sobre los deportistas condiciona las conductas y pensamientos de éstos, provocando en muchos casos un rendimiento bajo en su labor. Hablamos de presión externa cuando se produce de fuera a dentro, es decir, por medio de un agente externo al deportista (por ejemplo, después de terminar el partido, el padre no le dirige la palabra porque considera que el deportista no ha rendido el mejor nivel), pero también podemos hablar de presión interna, haciendo referencia a los pensamientos de autoexigencia que cada deportista tiene y se autoimpone a sí mismo, para alcanzar un objetivo determinado (por ejemplo, “Este partido es importante , tengo que rendir al máximo nivel” o “Mis padres se han sacrificado mucho para que yo esté en el equipo, tengo que demostrarles lo que valgo”).

"Más allá de los distintos y posibles intereses que el deporte genere en aquellos deportistas más preparados, como padres debemos tener en cuenta que con nuestros actos, palabras o simples comentarios, podemos estar generando una presión externa negativa sobre nuestros hijos que puede provocar el efecto contrario a lo que deseamos"

Aquí es donde podemos localizar uno de los principales problemas y es que generalmente no somos conscientes de que cada deportista, en muchas o pocas situaciones (dependiendo de éste), presenta una presión interna debido a los pensamientos propios que le rondan por la cabeza. Una presión interna que se suma a la presión ejercida por los padres en situaciones concretas, que puede desembocar en ansiedad o al fin, un bloqueo o parálisis en la ejecución de sus tareas, un bajo rendimiento o incluso problemas de autoestima que afecten, ya no sólo al contexto deportivo, sino a los demás contextos en los que se encuentre inmerso el deportista. 

Con esta explicación, no pretendo decir que la presión sea siempre perjudicial para el deportista, sería conveniente diferenciar entre una presión positiva y una presión negativa. Entendiendo por una presión positiva aquella que hemos oído todos o casi todos los deportistas a la hora de realizar un deporte. Una presión generalmente interna que nos motiva y provoca para ser ambiciosos a la hora de alcanzar los objetivos. De hecho, puede resultar conveniente experimentar cierta cantidad de presión, un mínimo que sirva para motivarnos y conseguir el máximo rendimiento posible.

Los padres de André Agassi 

Encontramos muchos ejemplos en el mundo del deporte que hacen alusión a esta presión negativa ejercida por los padres. André Agassi en el “ Diario Clarín” comentaba lo siguiente: 

“De los 3 a los 13 años, amé cada minuto que pude jugar, y eso se lo debo a mi padre. Él tiene mucho que ver con mi éxito actual… pero en la adolescencia sentía que mi padre ponía muchas expectativas en mí (presión negativa). Nuestra relación se basaba exclusivamente en el tenis. Yo quería que fuera mi padre, no mi entrenador”.

Este testimonio que relata la gran leyenda del tenis André Agassi, es un ejemplo de los muchos que suceden día tras día en el deporte. Padres que apoyan a sus hijos en sus comienzos haciéndoles disfrutar del deporte en sí, pero a medida que crecen y van observando un posible potencial en él, sus expectativas se disparan creando una presión que dependiendo de la persona, será positiva o negativa. Por último y como ejemplo de una correcta actuación de los padres en relación con el deporte de sus hijos, quiero destacar el testimonio de otro jugador de tenis de enorme estatus como Ivan Lendl donde comentaba lo siguiente:

"Me presentaron el juego como una opción, como una actividad que les encantaba y que quizás me gustaría a mí también".

Deja claro en un par de líneas lo ideal al que los padres deberían acudir, presentar el deporte como una opción para poder divertirse y aprender, sin obligar a nuestros hijos a hacer un deporte en concreto, sólo porque a nosotros nos guste. 

Como conclusión, más allá de los distintos y posibles intereses que el deporte genere en aquellos deportistas más preparados, como padres debemos tener en cuenta que con nuestros actos, palabras o simples comentarios, podemos estar generando una presión externa negativa sobre los hijos que puede provocar el efecto contrario al que deseamos. Por tanto, presentar el deporte como una opción de disfrute, animarlo, intentar entenderlo, crear un vínculo social en el que nuestro hijo se sienta cómodo y mostrarle nuestro apoyo incondicional, en las buenas y sobre todo en las malas, puede resultar determinante para evitar el abandono, la ansiedad o cualquier otro tipo de sufrimiento asociado al deporte.


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