Ganar es la consecuencia del trabajo, no el objetivo

Artículo del entrenador de Palma Basket, Maties Cerdà, en la página web de la   Federación Aragonesa de Baloncesto, en enero de 2023.

Los directivos y coordinadores que trabaje en la base deben hacer ver a sus entrenadores que deben pensar primero en las “personitas” que tienen entre manos 

Tenemos un problema en el baloncesto de formación. No todos tienen en cuenta que es el campo del que deberemos obtener el producto con el que llenar las cestas de fruta fresca, porque si fuera así entenderíamos que vale la pena dirigir esfuerzos hacia los más pequeños. Incluso para con los que no lo son tanto. Deberíamos saber que la única manera de crecer, no sólo en cantidad sino en calidad, es cuidar de “todo aquello y de todo aquél” que forma parte de este deporte. “Cuidar” en toda la extensión de la palabra. 

Tenemos un enfermo agonizante en el ABC del baloncesto y pocos son los clubs que tienen una estructura más o menos sólida en la base, en cuanto a entrenadores, donde se trabaje con cierto criterio. Se debería entender por criterio, formar y enseñar por encima de los resultados, trabajando todos y cada uno de los aspectos del juego, donde el espíritu de equipo y por supuesto la competición, deben tener su espacio, pero priorizando lo esencial . 

Por eso es necesario tener cierta capacidad de diagnóstico. Conseguir que tu equipo funcione lo más cerca posible del 100% de rendimiento, no es para la formación. En la base es necesario inculcar hábitos y conceptos básicos para que algún día puedan jugar arriba. Si el entrenador asume cuál es su función en el club en el que trabaja y además tiene las directrices correctas desde el mismo para que lleve a cabo este trabajo en la dirección correcta, siempre será más fácil. Después el sentido común y la formación en los diferentes cursos federativos u oficiales que periódicamente se imparten sobre la materia serán un interesante apoyo. Aunque los cursos hay que hacerlos y el sentido común, el menos común de los sentidos, es necesario utilizarlo. 

Fotografia: JGBasket

Los entendidos en la materia, dicen que un equipo de formación, en edad infantil o cadete, que esté creciendo por estar trabajando correctamente en los entrenamientos, marcará el indicativo de que, durante toda la temporada verá periódicamente mermado su rendimiento en los partidos, precisamente por la carga de nuevos conceptos en las sesiones, lo que sin duda resulta lógico. Asimilar correctamente, cuesta lo mismo que saber utilizarlos en la competición. 

"Tenemos un enfermo agonizante en el ABC del baloncesto y pocos son los clubs que tienen una estructura más o menos sólida en la base, en cuanto a entrenadores, donde se trabaje con cierto criterio. Debería entenderse por criterio, formar y enseñar por encima de los resultados, trabajando todos y cada uno de los aspectos del juego, donde el espíritu de equipo y por supuesto la competición, deben tener su espacio, pero priorizando lo esencial” 

Basta con pasar por algunos de los clubs o colegios icono en baloncesto de formación y observar. Luego dedicar un fin de semana a ver algunos partidos de junior hacia abajo y observar. No solo lo que ocurre en la pista, que ya sería suficiente, sino lo que ocurre en los banquillos, lo que hace el árbitro y el auxiliar de mesa. Observar sin más. Pero con la vara de medir el respeto por el juego, muy alto. 

Es complicado ver algunas cosas. Complicado por ver que se está convirtiendo aquello en lo que hace tanto tiempo. Lo que tanto respetos y tanto quieres. Complicado para ver cómo suben las futuras generaciones, de las que teóricamente deben surtirse los equipos de superior categoría. Complicado porque una de las que están abajo es tu hija, o tu hijo y puedes imaginar a qué velocidad está progresando y sobre todo el “bien” que lo pasa. Ser padre y entrenador no es fácil. Me cuesta mucho ir a ver los partidos que juega mi hija con su equipo, con el chip de papá y hacerlo como entrenador resulta un suplicio. Los presidentes, directores y coordinadores deportivos que trabaje en la base, obligue a sus entrenadores, debería pensar para mirar las “personitas” que tiene, que tienen entre manos. 

Está formando jugadores para que lo hagan bien. Ganar debe ser la consecuencia del trabajo, no el objetivo. 


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