Un año del inicio del final de Can Sisteré

Artículo publicado el 30 de noviembre de 2022 

Hoy se cumple un año del inicio de las obras de derribo del Pabellón de Can Sisteré después de que el Ayuntamiento decidiera no arreglar los desperfectos con el motivo de construir una escala de emergencias en la dependencia contigua a Can Sisteré del Ayuntamiento. 

Un año desde la desaparición física, que no utilitaria a la que iríamos 2 años aproximadamente atrás, recordaremos que era Can Sisteré antes de ser el primer pabellón cubierto de Santa Coloma y antes una gran pista descubierta donde el baloncesto colomense empezó a crecer. 

Su construcción data de finales del Siglo XIX y era un edificio y su terreno considerado su jardín, siendo una residencia de veraneo, que fue propiedad inicialmente de la familia Sisteré, de donde procede el nombre del lugar. Gracias al inolvidable Dr. Joan Vilaseca, médico e historiador colomense, sabemos que la familia Sisteré era una familia adinerada y que tenían una gran casa en Can Pascali, que es donde se encuentra actualmente el Ayuntamiento, además de que uno de sus miembros fue alcalde de la ciudad, de 1881 a 1893, y que fue destituido por el gobernador civil de la época, junto con más miembros del consistorio por mal uso de dinero público. 

A principios del Siglo XX, pasó a ser propiedad de Anselm Riu, un hombre del comercio barcelonés, y que tiene una calle con su nombre en el barrio de Singuerlin, y que compró todo el conjunto de Can Sisteré a principios del siglo XX. En 1952, la viuda de Anselm Riu, Mercè Nohet i Doctor, cedió al Ayuntamiento la propiedad con el objetivo de que se destinara a actividades sociales y culturales. 

Durante los distintos gobiernos desde 1952 hasta ahora, esta condición no se ha respetado completamente ya que por ejemplo el edificio de Can Sisteré fue la sede de la Falange, en la dictadura franquista, y con la democracia, fue por ejemplo , la sede de la Guardia Urbana colomense. Sólo durante la guerra civil, que fue una escuela, y después de dejar de ser la comisaría de la Guardia Urbana, que fue un centro cultural, es actualmente un centro de exposiciones y cultural, destinado por la condición básica de los propietarios de los terrenos. 

_{En los últimos años "útiles" de Can Sisteré / Fotografía: foursquare} 

En cuanto a los terrenos anexos, sí se hizo una pista de baloncesto descubierta que en 1972 se cubrió para que el único club de la ciudad, el CB Santa Coloma, pudiera jugar y ascender de categoría bajo un decente techo cubierto. 

    "A principio del Siglo XX, pasó a ser propiedad de Anselm Riu, un hombre del comercio barcelonés, y que tiene una calle con su nombre en el barrio de Singuerlin, y que compró todo el conjunto de Can Sisteré a principios del siglo XX. En 1952, la viuda de Anselm Riu, Mercè Nohet y Doctor, cedió al Ayuntamiento la propiedad con el objetivo de que se destinara a actividades sociales y culturales" 

A partir de aquí, la conocida historia de Can Sisteré, donde la falta de mantenimiento hizo que finalmente se detectaran problemas graves en su infraestructura, cerrando la instalación después de ver cómo el pabellón era una piscina debido a los agujeros en su cubierta. Desde el 2016 hasta el 2021 Can Sisteré quedó cerrado y viendo su soledad el mismo pabellón se dejó ir y se cayó el techo de la instalación como si fuera un grito pidiendo ayuda. Esta ayuda no llegó y hoy hará un año que se empezó a demoler este trozo de historia del baloncesto colomense y de la historia de la ciudad, y de entrada parece que el proyecto de hace un año era convertir este espacio de Can Sisteré en una pista polideportiva descubierta de uso público abierto o esto parece ser. 

Un año después el baloncesto de la ciudad debería pedir que los deseos de los propietarios de Can Sisteré se convirtieran en realidad. La falta de instalaciones actuales y veremos que sucede en un futuro con el Polideportivo de La Colina, define como insuficiente la utilidad de una futura pista polideportiva descubierta para el uso ciudadano. 

Can Sisteré debe renacer de cualquiera de las formas útiles que necesita el deporte de nuestra ciudad.